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Los abuelos y la transmisión de la fe
Autor
P. Mariano Esteban Caro

 

EL CUIDADO DE LOS NIETOS


Actualmente muchas parejas con hijos y trabajando ambos, recurren a los abuelos. Un gran número de abuelos de más de 65 años cuidan habitualmente a sus nietos. Principalmente las abuelas. Los padres prefieren dejar a su hijo con los abuelos: están más tranquilos, les sale más barato y no hay horarios. Son la “guardería fiable”. En la actualidad muchas madres trabajadoras inician la jornada laboral antes de que abra el colegio o no han terminado cuando el colegio cierra.
Los abuelos colaboran en la vida familiar de múltiples formas, pero muy significativo es el apoyo en las tareas de educación de sus nietos.
Se habla de los “abuelos esclavos”. En realidad se trata de la permanente disponibilidad de los abuelos a todo lo que les propongan sus hijos (padres) y sus nietos. En algunos casos se puede traspasar la línea roja.

EL PAPEL DE LOS ABUELOS

Aunque el rol de los abuelos ha cambiado en su duración (se vive más) y en sus características, fundamentalmente sigue consistiendo en dar cariño, ternura y entrega; y en transmitir conocimientos así como la historia familiar. Son aportaciones muy importantes y satisfactorias para quienes las realizan. La función de los abuelos se hace más intensa en los conflictos matrimoniales y familiares. En estas situaciones constituyen un apoyo fundamental.

En la actualidad la familia se ha convertido en un refugio anticrisis por los ingresos regulares de los abuelos que proporcionan estabilidad económica a toda la familia. Son muchos los que consideran que sin su ayuda no podría sostenerse el actual modelo social.
Los abuelos deben saber estar en su sitio, aportando consejos sin dar órdenes, colaborando sin sustituir y ayudando discretamente.

LA EDUCACIÓN DE LOS NIETOS

Los abuelos no son los responsables de la educación de los nietos, aunque les transmitan valores que serán su referente en la vida. Educar a los niños les corresponde a los padres; los abuelos potencian esta acción. Aunque su papel es fundamental, no tiene una responsabilidad titular, sino una co-responsabilidad de ayuda.

Los abuelos deben reforzar del modo más natural los criterios educativos de los padres, sin establecer discrepancias. Pueden ser co-educadores, si los padres así se lo piden. O cuando haya que cubrir la ausencia de los mismos: serían en este caso “padres sustitutos”.
Han de estar en la misma línea que los padres. Los niños deben percibir coherencia en la conducta de los mayores. Los principales conflictos entre padres e hijos por la educación de los niños aparecen cuando los abuelos pretenden ejercer de padres.

EL AMOR DE LOS ABUELOS


El regalo más importante de los abuelos a sus nietos es el apoyo afectivo y el amor incondicional, sin confundirlo con regalos y caprichos. No se trata de malcriarlos o sobreprotegerlos. Ni de comprar a cualquier precio su cariño. Los abuelos ayudan a los nietos a sentirse amados y seguros. Su papel está asociado más con el afecto que con la autoridad.
Entre abuelos y nietos se crea un vínculo de amor para toda la vida. Esta relación es una experiencia muy positiva. Para los abuelos estar con sus nietos es una forma de renovarse personalmente.

Decía Juan Pablo II que los ancianos tienen “el carisma de romper las barreras entre las generaciones antes de que se consoliden: ¡Cuántos niños han hallado comprensión y amor en los ojos, palabras y caricias de los ancianos! y ¡cuánta gente mayor no ha suscrito con agrado las palabras inspiradas "la corona de los ancianos son los hijos de sus hijos" (Prov 17, 6)!».

TRANSMISIÓN DE LA FE


En la transmisión de la fe en familia los mayores no son un problema sino un importante apoyo. Custodios de la memoria colectiva, los abuelos realizan una contribución educativa fundamental como cadena de transmisión de la fe a las nuevas generaciones.
Hay que destacar el papel de los abuelos en la formación religiosa de los nietos, especialmente en edades tempranas. En muchos casos los abuelos intentan paliar la falta de práctica religiosa de los padres o la indiferencia del ambiente en que crecen los nietos.
Aunque la tarea básica corresponda a los padres, es mucho lo que pueden hacer los abuelos en la transmisión de la fe a sus nietos: enseñándoles verdades, devociones y oraciones (rezando juntos), con su testimonio de palabra y obra. Contándoles narraciones evangélicas. Asistiendo junto con sus nietos a actos de culto. Explicándoles el significado de sacramentos como el bautismo, la primera comunión, el matrimonio.
Actualmente en una familia donde los abuelos viven la fe cristiana, no es raro encontrarse con padres indiferentes e incluso contrarios a todo lo religioso: no bautizan a sus hijos, no quieren que vayan a misa o que hagan la primera comunión. En estos casos los abuelos han de ser conscientes de que los padres son los primeros y fundamentales responsables de la educación de sus hijos.
Pero no se puede impedir a los abuelos su derecho a manifestar la fe ante los nietos. Aunque, por el bien de éstos, no deben hacer ni decir nada que deteriore la imagen de los padres, con los que deben dialogar, para que cambien su actitud. Y nunca obligarán a los nietos a recibir un sacramento si los padres no quieren.


LOS ABUELOS Y LA CATEQUESIS FAMILIAR


Es insustituible la catequesis familiar, llevada a cabo por los padres. También por los abuelos, especialmente en las circunstancias actuales. Se realiza principalmente mediante el testimonio de vida cristiana. Debe comenzar desde la más tierna edad. El niño pequeño ha de recibir de sus padres y del ambiente familiar las primeras enseñanzas de la catequesis: Dios, nuestro Padre del cielo, es bueno y cuida de nosotros. También algunas breves oraciones.
La catequesis familiar debe preparar, acompañar y enriquecer la catequesis recibida por niños y adolescentes en la parroquia o en el centro escolar.
En esta catequesis serán de gran ayuda los elementos válidos de la piedad popular con sus devociones sencillas. Asimismo no se puede minimizar la importancia de la memorización de las palabras de Jesús, de los diez mandamientos, del credo y de algunas oraciones esenciales, siempre que se ayude a los niños a interiorizar y profundizar estas enseñanzas.

EL TESTIMONIO DE LOS ABUELOS


Los niños aprenden por observación. Por eso, la presencia de los abuelos en casa y el contacto frecuente con ellos se convierten en un testimonio vivo y cercano. Los abuelos actúan como modelos de comportamiento cristiano. “¡Qué grato es al Señor ver que la familia cristiana es verdaderamente una “iglesia doméstica”, un lugar de oración, de transmisión de la fe, de aprendizaje a través del ejemplo de los mayores, de actitudes cristianas sólidas, que se conservarán a lo largo de toda la vida como el más sagrado legado!” (Juan Pablo II).
Los padres son los primeros e insustituibles educadores en la fe de sus hijos. Pero hoy muchos abandonan en gran medida esta misión. O por falta de interés o por influencia del ambiente. La tarea educativa de los abuelos siempre es muy importante, más todavía si, por distintas razones, no hay una presencia adecuada de los padres junto a sus hijos cuando están creciendo. Muchos de los niños, adolescentes y jóvenes iniciados en la fe y educados en los valores cristianos, lo han sido gracias a sus abuelos.
Los abuelos, como grandes maestros en el arte de despertar a los niños a la fe, hacen que Dios ocupe un lugar importante en la vida de sus nietos, especialmente en la oración. Así evangelizan con sus palabras y especialmente con su ejemplo y testimonio. En muchos casos si los abuelos no ayudan a sus nietos a despertar y crecer en la fe, nunca lo harán.

ENSEÑANZAS DE LOS PAPAS
JUAN PABLO II.- También el niño y el joven de hoy “cree más a los testigos que a los maestros; cree más en la experiencia que en la doctrina, en la vida y los hechos que en las teorías”. La familia cristiana, de la que forman parte los abuelos, es verdaderamente lugar de transmisión de la fe y de “aprendizaje, a través del ejemplo de los mayores”. Es inmensa la capacidad de evangelización de los abuelos por la palabra y el ejemplo. “¡En cuantas familias los nietos reciben de los abuelos la primera educación en la fe!”.
BENEDICTO XVI.-El amor de los abuelos hará crecer realmente la evangelización. Los abuelos no son sólo transmisores de información, sino que están comprometidos personalmente con la verdad que proponen. Y la coherencia de su vida es “punto de referencia digno de confianza”. Deben “ser espejo” de Dios, que es amor. Ellos dan el amor y la ternura “que todo ser humano necesita dar y recibir”. Los abuelos en la familia son depositarios y testigos de los valores fundamentales de la vida.
Con relación a la institución familiar, los abuelos son “testigos de unidad, de valores basados en la fidelidad a un único amor que suscita la fe y la alegría de vivir”. Los así llamados «nuevos modelos de familia» y el relativismo generalizado han debilitado estos valores fundamentales del núcleo familiar. Los abuelos son para sus familias “pilares fuertes de la fe evangélica, custodios de los nobles ideales, hogareños, tesoros vivos de sólidas tradiciones religiosas”. Maestros de sabiduría y valentía, transmiten a sus nietos, “unas raíces culturales y cristianas seguras y profundas”.


LA ABUELA DEL PAPA FRANCISCO.-Durante la Vigilia de Pentecostés de 2013, el Papa Francisco habló de su abuela Rosa Margherita (“la que me enseñó a rezar”). Contestando a la pregunta de una joven, dijo: “Tuve la gracia de crecer en una familia en la que la fe se vivía de modo sencillo y concreto; pero fue sobre todo mi abuela, la mamá de mi padre, quien marcó mi camino de fe. Era una mujer que nos explicaba, nos hablaba de Jesús, nos enseñaba el Catecismo. El Viernes Santo nos llevaba, por la tarde, a la procesión de las antorchas, y al final de esta procesión llegaba el «Cristo yacente», y la abuela nos hacía —a nosotros, niños— arrodillarnos y nos decía: «Mirad, está muerto, pero mañana resucita». Recibí el primer anuncio cristiano precisamente de esta mujer, ¡de mi abuela! ¡Esto es bellísimo! El primer anuncio en casa, ¡con la familia! Y esto me hace pensar en el amor de tantas mamás y de tantas abuelas en la transmisión de la fe”.
Durante su viaje a Brasil con ocasión de la Jornada Mundial de la Juventud-2013, en las palabras del Ángelus del día 26 de julio, el Papa Francisco se refirió a los abuelos: “Qué importantes son los abuelos en la vida de la familia para comunicar ese patrimonio de humanidad y de fe que es esencial para toda sociedad. Y qué importante es el encuentro y el diálogo intergeneracional, sobre todo dentro de la familia. Esta relación, este diálogo entre las generaciones, es un tesoro que tenemos que preservar y alimentar”.


MARIANO ESTEBAN CARO 

 
 Fuente:

 autorescatolicos.org

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